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Pautas de crianza

En la actualidad el tema de las pautas de crianza ha comenzado a tener mayor relevancia en los diferentes procesos educativos y de crianza, nos hemos visto inclinados a querer comprender cómo criar adecuadamente, esperando encontrar un manual que permita dar respuesta a esto, sin embargo, los procesos de crianza van más allá de una serie de acciones y pasos que se deban seguir al pie de la letra y de manera secuencial.

Es fundamental comprender el sentido de los procesos de crianza y cuáles son las diferentes dimensiones que intervienen, es así como en el presente escrito se acercará al lector y se afrontarán algunas de estas dimensiones presentes en los procesos de crianza y cómo a partir de allí se puede extraer algún conocimiento y sentido que permita a los padres de familia y cuidadores acompañar de manera consciente y efectiva.

El mundo afectivo y los miedos parentales

El mundo de los afectos puede ser descrito como ese entramado de emociones, representaciones mentales y psíquicas que cada uno de nosotros construye desde que llega a la familia, esta novela familiar como la nombra Freud en algún punto de su teoría, acompaña el resto de la vida, por tanto, en los procesos de crianza es innegable que hay un antecedente que impacta a la hora de estar, es decir, la propia crianza que cada padre tuvo cuando fue hijo tiene grandes repercusiones en su actuar como criador de un niño.

La familia y las pautas de crianza

Según lo observado es necesario remitirnos a la familia como estructura imperfecta, es decir, entendida como una reunión de personas que establecen códigos de convivencia, formas diferenciadas de vínculo, transmisión de afectos y una serie de representaciones psíquicas completamente distintas los unos de los otros.

Así, la familia le da un lugar a ese niño o niña antes que nazca, es decir, que de entrada hay una serie de cargas afectivas, mediadas por imaginarios, expectativas y miedos que de una u otra forma se transmiten en el juego de las identificaciones, esto no significa que los miedos parentales se transmitan inmediatamente a los hijos y que esos afectos sean una carga para siempre, sin embargo, se sabe que en gran medida en algún punto algo de lo paterno y materno se transmite y que no se puede llegar a nombrar define muchos de nuestros comportamientos conscientes e inconscientes.

Los miedos parentales

Los miedos parentales entonces tendrán que ver con esas construcciones o representaciones psíquicas que cada padre trae consigo, estos miedos suelen ser exteriorizados a través de muchas formas y comportamientos, pero sobre todo se constituyen en una posición subjetiva, por ejemplo “no quiero que mi hijo sufra lo que yo sufrí” “quiero que mi hijo tenga todo” “ mi hijo tendrá que esperar y vivir la sexualidad en los tiempos y formas en las que yo lo hice” “debo evitar que mi hijo sufra” “Yo no dejo que salga porque el mundo es muy peligroso y que miedo” “Mi hijo sabe que yo soy la única autoridad y que si lo digo así debe hacerse” “debe ser el mejor” “debe gustarle el fútbol como yo” y otras más son expresiones o pensamientos que sitúan el rol de quien acompaña procesos de crianza en un lugar diferente.

En este orden de ideas es importante que quien lea el presente escrito comprenda que es ahí en lo familiar, en esos primeros vínculos donde los afectos aparecen en plenitud, es decir, en el núcleo familiar las pasiones y las emociones están en muchos momentos sin “control” es por ellos que muchas veces las relaciones familiares son tan complejas, por ejemplo: el efecto que produce una madre en su hijo con un par de palabras que posteriormente se pueden convertir en significantes que rijan la vida de ese niño o niña.

Contrario a los miedos y temores tenemos las expectativas, que pueden ser igual de dañinas, esperar o desear el hijo perfecto, que siga las normas, que aprenda rápido, que no haga pataletas, que sea el mejor en el colegio y practique un deporte, que se parezca a su padre y a su madre en las cualidades que tienen, no en los defectos, las expectativas mediadas por los afectos ponen condicionantes al ser del otro, es importante recordar que en cada uno de nosotros aún en la niñez existe la posibilidad de elegir, elegimos a través de identificaciones y no necesariamente nos identificamos con lo “bueno”.

Crianza humanizada y pautas de crianza

Los párrafos anteriores tienen como objetivo concentrarnos en la importancia de comprender el sentido oculto que acompaña los procesos de crianza que nos permitirá comprender las pautas de crianza más allá de una check-list necesaria para cumplir ser “Buen papá y buena mamá”; según esto para acercarse a las pautas de crianza es necesario dar una definición de la misma desde la RAE, la cual la describe como: (1) nombre femenino, Cría (alimentación y cuidado que recibe un bebé o un animal recién nacidos hasta que puedan valerse por sí mismos).

Procesos de crianza

Como bien es sabido, el proceso de crianza trae consigo otros elementos, además del simple hecho de alimentar a un recién nacido, tal como se indica previamente, en lo humano converge la dimensión afectiva, social y biológica que facilita un adecuado proceso de crianza.

Partiendo de estas premisas, en adelante para el Colegio Alcaravanes se hablará de crianza humanizada, entendiéndose como: un proceso en el cual constantemente se están construyendo vínculos afectivos entre quienes intervienen, de igual manera, es un proceso que está basado en el ejemplo que se da durante el acompañamiento, desde esta perspectiva se habla de un encuentro y aprendizaje bidireccional, tanto para el padre como para el niño o niña.

Lo social tiene un impacto directo en la crianza, los contextos sociales cambian y por ende las prácticas de maternidad y paternidad también lo hacen, la crianza no puede permanecer obstaculizada por formas antiguas, debe renovarse y pensarse según la cultura en la cual estamos, las relaciones familiares, el impacto de la economía en las familias, su estructuración, el relacionamiento con la tecnología, entre otros.En conclusión, las pautas de crianza deberán adecuarse a cada caso de las dinámicas familiares, sociales y biológicas, obedecerán en mayor medida a las iniciativas que se promuevan en el interior de la vida familiar, una práctica de crianza humanizada buscará siempre la reflexión de las acciones que se llevan a cabo, por último, y como insumo para seguir acercándose cada vez más a una comprensión de la crianza humanizada, se retoman las siguientes pautas de crianza extraídas del texto “CRIANZA HUMANIZADA”, de la Universidad de Antioquia, donde se anotan algunas pautas (prácticas) de crianza humanizada y humanizante:

¿Cuáles pautas de crianza humanizada has usado en casa te sirven y agregarías a las siguientes?

  • Que los cuidadores adultos reconozcan que los niños, niñas y adolescentes son los sujetos actores (gestores) de su propio desarrollo.
  •  Que los cuidadores adultos sean garantes de los derechos de los niños, niñas y adolescentes.
  • Que los cuidadores adultos sean modelos dignos de imitar (cuidadores adultos significativos) por niños, niñas y adolescentes.
  • Que los cuidadores adultos sean seguros, firmes y claros en el acompañamiento.
  • Que el acompañamiento sea basado en el afecto y sea brindado inteligentemente.
  • Que los cuidadores adultos ejerzan la autoridad y no el autoritarismo.
  • Que los cuidadores adultos sean conscientes de su obligación de acompañar a niños, niñas y adolescentes fijando límites que favorezcan el autocontrol.
  • Que los cuidadores adultos protejan y no sobreprotejan.
  • Que los cuidadores adultos exijan y no sobre exijan.
  • Que los cuidadores adultos escuchen genuinamente.
  • Que los cuidadores adultos pidan y den respeto.
  • Que los cuidadores adultos ejerzan reflexivamente los valores.
  • Que los cuidadores adultos presten atención a cualquier irregularidad en el entorno de los niños.
  • Que los cuidadores adultos señalen como negativas, cuando sea necesario, las acciones y no los actores (niños, niñas y adolescentes)
  • Que los cuidadores adultos estimulen las acciones positivas de los niños, niñas y adolescentes y no simplemente elogien a los actores de esas acciones.

Apoyos pedagógicos

Autor: Apoyo Psicopedagógico

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