La adolescencia es un ciclo vital lleno de altibajos y que se caracteriza por poner en orden la realidad y todo lo que hasta ahora se ha recibido del mundo, de la familia, de lo social y de las elaboraciones personales, por ser un momento vital que está permeado principalmente por el caos es importante tener en cuenta la siguiente información:
- Hay batallas que no se libran con ellos porque de entrada el adulto va perdiendo, aunque tenga todo para ganar.
- El adulto no tiene que ser un amigo para lograr empatía con el adolescente, pero si debe ser cercano y establecer un vínculo para lograr mayor impacto.
- Escuchar sin juzgar es la característica principal del acompañamiento con los adolescentes, porque el juicio suena a regaño o advertencia y ahí no se sienten acogidos.
- Acercarse sin invadir, los adolescentes son territoriales y la intrusión en su espacio generalmente la perciben como agresión.
- Compartir con ellos la propia historia, mostrándoles que no se es ajeno a lo que ellos están viviendo, es acercarse de un modo más comprensivo y les muestra que puede establecerse una relación con los adultos de una manera empática.
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Siempre va a ser vital pensar primero en el tránsito propio por ese momento de la vida y las cosas que de manera individual motivo en lo emocional, lo social y en la construcción de identidades y auto esquemas para, a partir de allí, tratar de ser más acertados en la intervención con los adolescentes.
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